La verificación vehicular es uno de los trámites más engorrosos y corruptos que hay en la Ciudad de México. Surgió como una idea para reducir la fuerte contaminación que había a principios de los noventas, pero provocó que la gente comprara otro automóvil para así transportarse todos los días.
Y a pesar de que la autoridad ha aumentado las condiciones necesarias para cumplir con este requisito de la verificación, la gente ha encontrado la forma de seguir circulando sin problema, principalmente con el soborno a los encargados de los verificentros, por lo que el gobierno de la Ciudad de México ha endurecido las medidas en contra de estas conductas.
“Ya no se va a tolerar que la gente no cumpla con la ley”, ha dicho Miguel Ángel Mancera, Jefe de Gobierno capitalino, al anunciar estas medidas.
A partir de ahora, las nuevas condiciones para pasar la verificación serán:
→ El cenicero debe estar limpio, porque también es un contaminante.
→ Se multará al que tenga basura en la cajuela porque contribuye al smog.
→ Los que oigan banda y reggaetón deberán pagar multa por considerarse contaminación auditiva.
→ Los tapetes del América serán castigados con corralón por ser contaminación visual. Lo mismo pasa con calcomanías de luchadores, grupos de rock y mensajes ofensivos.
→ Las llantas deben estar limpias, por lo que se tendrá que usar una grúa para llevar los autos al verificentro.
→ No se permite el uso de peluches en los tableros, pues estos contienen ácaros, y son nocivos para la salud.
Esto se suma a las demás medidas que se tomarán para poder pasar la verificación, que incluye que las llantas no estén gastadas y que no haya problemas con la suspensión, frenado y alineación del automóvil, además de las mediciones contaminantes que ya existían.
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