A partir del mes próximo, los padres podrán solicitarles a sus hijos el divorcio, con lo que sería legalmente válido hacerlos salir de la casa paterna.
La nueva legislación, aprobada de forma unánime tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, surgió como una respuesta a la gran cantidad de personas que siguen viviendo con sus padres hasta los treinta, cuarenta años o sesenta años, sin que se les vea la menor intención de irse a hacer su propia vida.
El trámite funcionará de la misma forma que un divorcio tradicional, excepto por dos diferencias:
- Sólo podrán solicitarlo los padres, no los hijos. Esto para evitar que los hijos sean quienes puedan sacarlos de la casa.
- No habrá divorcio por bienes separados, pues se asumirá que si siguen viviendo con los padres todavía les piden dinero para comprarse cosas. Los padres decidirán cómo repartir los bienes, y ellos verán si se les conviene quedarse con una silla gamer, con los nintendos o con una colección de posters de monas chinas.
Muchos jóvenes de más de 40 están planeando ampararse, pero no se cree que prosperen sus pretensiones, porque les han pedido a sus papás que si pueden encargarse de los trámites.