Después de un año de excavaciones que se mantuvieron en secreto, y que fueron financiadas con cargo al erario con un costo de 700 millones de pesos, la firma estadounidense Monroe International dio a conocer que el Cerro de la Silla, ubicado en el estado de Nuevo León, al norte del país, es una fuente gigantesca de uranio.
El simbólico lugar será entonces materia de una licitación, para que empresas nacionales y extranjeras, puedan explotar el uranio, en virtud de la llamada Reforma Energética, promulgada por el presidente Enrique Peña Nieto.
“Sabemos la importancia de este lugar para los habitantes del estado de Monterrey”, dijo el presidente en un acto celebrado en la residencia oficial de Los Pinos. “Es difícil ponernos a pensar que un día no muy lejano, ese cerro tan característico del norte de país ya no estará, pero debemos atender a las necesidades de la mayoría y no a los caprichos de unos cuantos. Por ello, si es necesario que el Cerro sea demolido en su totalidad para que las empresas mineras puedan obtener el plutonio que ahí se encuentra, que así sea. Debemos entender que es un pequeño sacrificio en beneficio de los habitantes de nuestro país”.
Peña Nieto añadió que recursos que se obtengan por la explotación de este lugar servirán para cubrir las necesidades generales que el pueblo mexicano exige al gobierno: “Así, podremos construir más carreteras para las empresas que trabajen en la explotación del plutonio y terminaremos el acueducto para los que explotarán gas LP por medio de fracking. También podremos hacer cosas en otras partes del país, como completar el proyecto para convertir al Nevado de Toluca en un resort para que los turistas extranjeros y los mexicanos de mayores recursos puedan ir a esquiar”.
La licitación comenzará una vez que sean publicadas las condiciones para ello en el Diario Oficial de la Federación.
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