Los Rayos del Necaxa ahora serán Los Donramones

Desde el año 2003 juegan en Aguascalientes, pero el equipo Necaxa (nombre abreviado de la Impulsora del Deportivo Necaxa S.A. de C.V.) es de gran tradición en el balompié nacional. Con épocas de mucha gloria y uno que otro capítulo para el olvido, este equipo ha generado muchas grandes anécdotas en la historia.

El Necaxa acaba de ganar la Liga de Ascenso en el Campeonato de Apertura 2014, ante Tepic, el pasado mes de diciembre, así que quien esto escribe se dirigió a las instalaciones del club para entrevistarse con Ernesto Tinajero empresario que el año pasado le vendió su compañía Cablecom a Televisa, y ésta le vendió el Necaxa (o quizá hicieron cambalache, quién sabe).

— Señor Tinajero, ¿cómo le va con el Necaxa?

— Muy bien. Acabamos de ser campeones, y como todos saben, si somos campeones en este torneo, automáticamente regresaremos a la primera división.

— Sabemos que el equipo está comprometido, señor, ¿pero qué puede esperar la gente si hace como cuatro años volvieron y se retacharon en Infinitum…? Digo, en Cablecom.

— Esos eran otros dueños, otros tiempos, otras viejas canciones. Estos muchachos están muy comprometidos a lograr el ascenso y les tenemos una sorpresa en cuanto a un cambio de nombre.

— ¿Van a cambiar el nombre?

¿Quién te dijo?

Usted… Hace un momento.

— Ah, sí. Hablaré sin tapujos ni rodeos; seré directo como un rayo. Tú sabes que el equipo ha sido conocido como los Electricistas, los rojiblancos, los once hermanos, el equipo de la década, el campeonísimo o simplemente los Rayos. Somos un equipo muy popular.

— Tan popular como sus aficionados, como Jorge Ortiz de Pinedo, don Ramón Valdés…

— Por ahí va la cosa. Durante años, don Ramón se dedicó a engrandecer el nombre del equipo, y estamos muy ilusionados porque de conseguir el ascenso, el Necaxa pasaría a llamarse Los Donramones.

— ¿Qué pasó, qué pasó, vamos ‘ai…?

— Una de nuestras inspiraciones para salir adelante ha sido el coraje y el valor que don Ramón tuvo para vivir en la vecindad a pesar de las adversidades y sin tener que pagar la renta. Sencillo y de buen corazón, don Ramón siempre fue aficionado del Necaxa y es hora de que su equipo le rinda homenaje a él.

— Entonces, ¿Los Donramones del Necaxa?

— La idea es ésa. También queremos ver si en nuestro uniforme podemos agregar algo simbólico, algo que sea referente a don Ramón. Ya pudimos ver que el portero de la UNAM, apodado el Pikolín, jugó con un casco, así que no veo por qué nosotros no podamos jugar con sombreritos donramonescos.

— ¿Cree que la afición siga identificándose con el equipo a pesar del cambio?

— Por supuesto, porque don Ramón es conocido y querido en muchos países del mundo, y si bien es recordado con apodos, como Esqueleto rumbero, Panza de lombriz, Lombriz de aguapuerca, Fideo escurrido, Cara de chimpancé rabioso, Ron Damón, Don fideo, Cuerpo de tripa escurrida, Viejo chamagoso, Espátula disfrazada, Cara de burro castigado, Monchito, Rorro, ¡Chusma, chusma!, Patas de chichicuilote, Perro apachurrado, Patas de alambre, Patas de canario, Patas de tripa, Cejas de telaraña, Chimpancé reumático, Momia azteca, Gato regañado, Gato apachurrado, Ojos de canica antigua, Mula maicera, Marimba vieja y Bigotes de brocha gorda, por sobre todas las cosas, es recordado por su frase “¡Yo le voy al Necaxa!”.

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