Con motivo de la celebración del Día de los Albañiles, un grupo de músicos y poetas de la Ciudad de México emprendieron desde 2007 un proyecto con el fin de realizar la primera ópera inspirada en el noble oficio de los constructores de bardas.
La idea original es del profesor Hildebrando Enebro, catedrático de la Universidad de Finlandia, en la colonia Nápoles, quien nos relató cómo pensó en esto:
“Un día soleado de hace muchos años, si mal no recuerdo, fui a recorrer, por cuestiones académicas, las cantinas del centro histórico. Al día siguiente, era el Día de la Santa Cruz, y me levanté con una cruz espantosa. Relacioné ambas cruces con una señal divina, y decidí hacer este homenaje a los albañiles, porque un grupo de ellos me convidó de sus tacos placeros y sus caguamas para curármela”.
El libreto de la ópera, llamada La conjura de los albañiles, está basado en la anécdota del profesor Enebro, y fue escrito por el destacado literato Samuel Marín, creador de Simón Simonazo y mejor conocido como El Pinche Sam. Además de la anécdota, incluye también un trágico triángulo amoroso entre dos albañiles y una señorita que vende quesadillas y que es blanco de los piropos léperos de ambos trabajadores de la construcción.
La música fue compuesta por el maestro Giuseppe Verdi Jr., seudónimo de Pepe Malverde, quien usualmente compone temas de reggaetón, siendo ésta su primera experiencia con una ópera.
Verdi opina que los temas que más gustarán serán el aria Quisiera ser plomero, que canta El Jairo (barítono); la cavatina Con esas tortas y una Fanta, interpretada por El Chemo (tenor), y el dueto Juguemos al 42, que cantan El Jairo y María Chonita (soprano).
El estreno de la ópera será esta noche en el Palacio de Bellas Artes, protagonizada por Rolando Villazón, Dmitri Hvorostovsky y La Chupitos.