Entran un chino, un alemán, un gallego y un mexicano a una cantina… Y no pasa nada

El día de ayer, entraron cuatro personas de distintas nacionalidades a una cantina, y a pesar de lo que se esperaba, no ocurrió absolutamente nada gracioso durante la reunión.

“¡No, no, no!”, nos comentó el cantinero don Higinio, el encargado del lugar. “Cuando trabajas de cantinero, tu mayor sueño es aparecer en un chiste, así que cuando los vi llegar, creí que mi oportunidad había llegado. Los cuatro pidieron una cubeta de Coronas… ¡Y que se ponen a hablar del clima! Uno acá, esperando, pero no parecía suceder nada importante”.

El cantinero nos contó que posteriormente se pusieron a hablar de futbol: “Pensé que había llegado el momento, porque cuando hablan de futbol es cuando sale el patriotismo, cuando comparan a sus países. Yo me les acerqué esperando a que me hablaran para fungir como mediador en alguna apuesta, y de paso para escuchar cuando dijeran algo gracioso, pero nunca pasó… ¡Ches monos!”.

Los parroquianos se tomaron sus cervezas rápidamente. “Parece ser que nomás querían algo fresco, por el calor, porque ni pidieron botana”, señaló.

Al final pagaron las cervezas y se fueron. “No hubo broncas, no me la hicieron de emoción por nada, ni siquiera se emborracharon. ¡No, no, no! ¡Fue frustrante, fue frustrante!”.

Nos despedimos externándole a don Higinio nuestro más sincero apoyo, asegurándole que era sólo cuestión de tiempo antes de que se presentara la oportunidad que esperaba. Dejamos el lugar, y en la entrada casi chocamos con dos compadres, uno de ellos llevando un perico en el hombro.

 

 

 

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