El gobierno de México ha adquirido software espía que, para combatir el crimen, desarrolla y vende una empresa israelí, pero lo ha utilizado para espiar a periodistas y críticos del sistema, reveló el prestigiado diario estadounidense, The New York Times.
Esto representa una crisis más para el cada vez más desgastado presidente Enrique Peña Nieto, quien convocó a una conferencia de prensa para negar todo.
“¡Yo no fui!”, dijo enfático el mandatario, cuando de pronto apareció el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien le entregó un folder marcado como Reporte matutino de espionaje a Carmen Aristegui. Entonces, Peña Nieto no pudo negarlo más:
“Está bien, lo admito, sí ando espiando a la Carmen Aristegui, ¿y qué?”, señaló. “Pero ella empezó, ¿eh? Si me van a señalar, señálenla a ella primero. Ella empezó, me cae”.
El presidente hizo notar que fue Carmen Aristegui quien lo exhibió con el reportaje La casa blanca de Peña Nieto.
“O sea, ¿ella sí puede estarme investigando y yo no? ¡No me jodan! No se vale, de verdad que no se vale”.
Peña Nieto se dijo decepcionado de los periodistas que no comprenden las virtudes del secreto profesional: “Agarren la onda: Si mis secretos se mantienen secretos, nadie se enojaría, no existiría el mal humor social y mi popularidad subiría como la espuma”.
Colérico, el jefe del ejecutivo tachó a los periodistas de investigación, como Aristegui, de enemigos de la patria: “¡Me hacen ver mal! Cada vez que quiero condenar los actos de corrupción en México, publican reportajes de MIS actos de corrupción. Cada vez que critico la represión en Venezuela, publican a ocho columnas la represión cometida por mi gobierno. ¿De qué se trata? ¿De llevarme la contraria? ¡No mamen!”
Peña Nieto cerró el acto repartiendo sobres a los reporteros para luego afirmar que la libertad de prensa en México está, como siempre, garantizada.