Ante la protesta ciudadana, prometen que en este Buen Fin sí bajarán de verdad los precios

Las críticas hacia el llamado Buen Fin no han cesado, debido a que muchos ciudadanos consideran que en realidad no hay una baja en los precios.

“Es que sí los bajan, pero ahora sí que antes los suben”, nos contó doña Petra Badalona, ama de casa de la colonia Anáhuac. “Semanas antes suben todos los precios para que se note cuando los bajan”.

Otra entrevistada, doña Jovita Pérez, vendedora de tortas de chilaquiles en la zona del metro Azcapotzalco, aseguró: “Yo apenas fui hace como tres días y los precios estaban altísimos, pero ora que empiece lo del Buen Fin, va usted a ver cómo los bajan pero a como estaban antes. Es puro engaño”.

“¡Se quieren pasar de veras!”, fue la opinión de Sanjuditas Martínez, tragafuegos de crucero. “¡Uno acá ahorrando y queriendo encontrar precios bajos, pero llega uno y todos están acá bien pinche altísimos!”.

Para la socióloga Ifigénia Táuride Madarriaga, esta práctica significa una suerte de efecto placebo masivo con fines de lucro: “Se aprovechan de la nobleza del pueblo, que piensa que los precios serán bajados por debajo de lo normal, pero al subirlos y luego supuestamente bajarlos, crea una falsa ilusión que, de alguna manera, logra penetrar en la psique del individuo, quien puede creer que, efectivamente, los precios han bajado”.

— ¿Y qué sucede cuando se da cuenta del engaño?

— Para entonces el daño estará hecho, y representa un golpe psicológico de proporciones brutales… ¡Brutales, le digo!

Este reportero acudió con los datos recabados a la Procuraduría Federal del Consumidor, siendo recibido por la titular de la dependencia, Lorena Martínez, quien prometió tomar cartas en el asunto.

No habían transcurrido 24 horas, cuando vía telefónica se comunicó a la redacción de El Dizque el ingeniero Enrique Solana, presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco), quien nos informó que ya habían recibido la recomendación emitida por la Profeco:

“¡Ah, pero cómo son metiches!”, exclamó amablemente el ingeniero Solana. “Pero no se apuren. Ya giramos una nueva ordenanza para que a partir de este Buen Fin, todos los comercios afiliados a las Canacos dejen de hacer eso de subir los precios para luego bajarlos. Y lo que es más, jovencito: A partir de este Buen Fin los precios se bajarán todavía más”.

¿En serio?

— Así es. Ahora los precios ya no sólo se cambiarán de la parte de arriba a la de abajo en los anaqueles, sino que se pondrán más abajo todavía: ¡A la altura de las rodillas!

— ¿No les costará trabajo a los compradores ver los precios?

— No creo… ¡Los pobres de por sí son rechaparros!

Una vez más, El Dizque logra un bien para la sociedad, demostrando de paso que el sistema sí funciona.

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